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sábado, 10 de agosto de 2013

RETRATO A JOSE ANGEL EJIDO

Con Jose Angel trabajé tres años en la serie "Aguila Roja" aunque nuestras escenas compartidas fueron muy escasas (lástima, porque trabajar con un actor tan sutil y relajado es un placer incalculable). Jose Angel es un perfeccionista en general y en su trabajo en particular. Cada cosa tiene que estar en su sitio, cada palabra, cada gesto, cada leve movimiento de los ojos, cada inflexión vocal...si hay un cuadro levemente inclinado en la pared del set  él se dará cuenta y no quedará satisfecho hasta que alguien  recoloque dicho cuadro ajustándolo a la horizontal del suelo; si la seda del cordel rojo que ata o envuelve una serie de cartas tiene alguna mancha o imperfección que él pueda captar, no parará hasta que alguien lo cambie por un cordel reluciente; si el filo de su espada tiene marcas de dedos ya se encargará él de que alguien limpie concienzudamente dicho filo hasta que el mismo reluzca como los chorros del oro...y todo esto tiene un sentido. Lo relatado ocurrió en la primera escena que compartimos juntos en la serie; al principio pensé que José Angel era "excesivamente" meticuloso con todo lo que le rodeaba en el set, llegué a pensar que no se encontraba a gusto como actor...pero a la media hora de rodaje lo comprendí todo: Jose Ángel no estaba a gusto no como "actor" sino como "personaje", es decir, Jose Angel se viste de Cardenal y en cuanto sale del camerino y pisa el plató, piensa, habla, se mueve, y respira como él cree que debe hacerlo un Cardenal...y en mi opinión, siempre acierta. Cuando el Cardenal Mendoza llega a sus aposentos al caer el día, lo primero que hace es admirar la belleza del cuadro que reposa sobre el cabecero de su lecho, si dicho cuadro estuviera ligeramente inclinado él lo enderezaría. Cuando el Cardenal envía una misiva al Rey de España no puede aceptar que dicha misiva vaya lacrada y rodeada por cualquier cordel de tela, sino por el mejor y más caro cordel de seda roja de toda la villa. Si el Cardenal envaina su espada, esta, a diferencia de las espadas de los cortesanos, deberá relucir como un espejo en el que verse y ser visto, etc, etc.

Cuanta razón tienes y cuanto me enseñaste en aquellas pocas horas de rodaje, querido Jose Ángel.
Gracias, compañero, por compartir conmigo tu inabarcable talento.

PD: Olvidaba decir, que Jose Ángel tiene un agudísimo sentido del humor, vamos, que es un cachondo mental como la copa de un pino. 

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