Siempre veo a Maribel a través de unos barrotes metálicos oxidados por el tiempo, como la veía mi personaje en las secuencias de la cárcel que rodamos en Las Bárcenas de Zaragoza para la extraordinaria película de Paula Ortiz "De tu ventana a la mía".
Sus ojos siempre brillan, siempre, casi tanto como su energía. La energía de esta mujer es tal que todavía, tres años años después del durísimo rodaje de aquella película, algunas veces, en el momento más inesperado del día, me vienen al recuerdo imágenes como relámpagos de las miradas que me regalaba cuando oíamos el "¡¡¡¡acción!!!" de Paula Ortiz.
Esos ojos y esa sonrisa de niña (que ojalá nunca crezca) bien valen este retrato.
Gracias, Maribel, por tus sonrisas al caer el día y por regalar lo que regalas cuando lás cámaras empiezan a rodar.
Sus ojos siempre brillan, siempre, casi tanto como su energía. La energía de esta mujer es tal que todavía, tres años años después del durísimo rodaje de aquella película, algunas veces, en el momento más inesperado del día, me vienen al recuerdo imágenes como relámpagos de las miradas que me regalaba cuando oíamos el "¡¡¡¡acción!!!" de Paula Ortiz.
Esos ojos y esa sonrisa de niña (que ojalá nunca crezca) bien valen este retrato.
Gracias, Maribel, por tus sonrisas al caer el día y por regalar lo que regalas cuando lás cámaras empiezan a rodar.
Cómo me gusta Maribel. La considero una mujer guapísima. Tiene una de esas bellezas antiguas, nostálgicas.Está más guapa ahora que cuando tenía 20 años. Enhorabuena por la foto Roberto.
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