miércoles, 4 de julio de 2012

RETRATO ALEX CASANOVAS

Durante el intermedio de la obra en la que trabajábamos juntos llamada "Un Tranvía llamado Deseo", le pedí a Alex que se dejara hacer un par de retratos, a lo que el respondió con su magnífico sentido del humor: "Pero si mira como estoy, Robertito, empapado de sudor...anda ya, vete a escuchar musiquita o a dormir a tu camerino que eso es lo que te gusta, tonta...". Le sonreí, me di media vuelta y cuando salía por el umbral de la puerta de su camerino dispuesto, claro, a escuchar música en el interior de mi cueva, me espetó: "Anda, Roberta, hazme dos de esas cosas que tu haces y sal pitando de aquí, pero rapidito!". Dicho y hecho.
     Le pedí que se acercara todo lo posible al espejo de su camerino para poder iluminarlo con las bombillas del mismo (la iluminación de los espejos de los camerinos es perfecta para retratar. Me regalan esa luz que tanto me gusta, similar a la luz de las películas de los cuarenta y cincuenta). 
     Me atrae ese aparente desinterés de Alex por algunas cosas que a mi me parecen interesantes; de hecho, nunca mostró ningún interés por obtener una copia de este retrato. 
     Alex Casanovas: El cariñoso libertino.

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